Todos sabemos el daño que supone fumar, no queremos fomentar esta práctica de ninguna manera. Pero el tabaco, a lo largo de la historia de la humanidad, ha arraigado en las más diversas culturas del mundo y sigue estando muy presente en la sociedad contemporánea.

 

No se sabe con certeza el origen del tabaco. La gran mayoría de los investigadores sostiene que el tabaco se originó en el continente americano y la planta en los Andes.

 

Otra corriente afirma que el tabaco proviene de Asia. Según los defensores de esta línea, el tabaco fue traído desde Asia a América en la antigüedad. También debemos recordar que existen relatos históricos de que en Persia se cultivaban y fumaban varias especies de tabaco, mucho antes del descubrimiento de América.

 

Estas son las versiones más aceptadas por la comunidad científica. Nos gustaría mencionar que existen otras teorías sobre el surgimiento del tabaco (continente africano y norte de Australia) que son menos aceptadas por los estudiosos.

 

Lo más importante es que el tabaco no existía en Europa antes del “descubrimiento” de América. Podemos decir que los europeos descubrieron la planta en la expedición de Cristóbal Colón que llegó al “nuevo mundo”.

 

Estudios más recientes indican que el tabaco era utilizado en ceremonias religiosas y “mágicas” por los pueblos indígenas de Centroamérica (1000 a. C.).

Por tanto, al llegar al nuevo continente, la expedición que “descubrió” América tuvo su primer contacto con el tabaco.

 

A continuación se muestra un extracto del artículo publicado por la historiadora Muriel Vigie, en la revista Historia Viva (2006, p.78 -82) que ilustra el primer contacto entre los europeos y la planta.

 

“Cristóbal Colón, desde su primer viaje al Nuevo Mundo, se había percatado de la costumbre, sorprendente para un europeo, que tenían los indios de la tribu india.

Guanahani, nativos de la isla de San Salvador, de hierbas para fumar”.

 

En expediciones posteriores, fray Bartolomé de Lãs Casas observó que estas hierbas se consumían envueltas en una gran hoja, con forma de cuerno, que los indígenas llamaban tabaco.

 

Con la colonización de América, el consumo de tabaco se extendió por todos los continentes. Pasando por diferentes fases de su uso.

 

En un principio fue utilizado sólo por miembros de la corte y aristócratas (alto valor), siglo XVI. El tabaquismo llegó a toda Europa en el siglo XVII, época en la que el tabaco se utilizaba con fines medicinales. Se consumía principalmente en pipa, con el tiempo el cigarro tal como lo conocemos se generalizó como símbolo de “estatus”.

 

Entre 1840 y 1860 se empezó a industrializar la producción de cigarrillos (Inglaterra y Francia). La situación empezó a cambiar en 1881, cuando el estadounidense James Bonsack (1859-1924) inventó la máquina para liar cigarrillos. Durante la Primera Guerra Mundial, la distribución en las trincheras multiplicó el mercado. Como resultado, la industria tabacalera adoptó su forma actual.

 

Este es un breve texto para intentar demostrar la importancia cultural y económica del tabaco en el mundo.